miércoles, 23 de marzo de 2011

Y cuando hablo de..

Obviamente, no todos los programas son iguales. Ni las emisoras. Cuando hablo de estupideces, las estupideces pueden estar en cualquier lugar, a cualquier hora, con cualquier persona.
Igual, siempre es interesante, escuchar, para poder sacar conclusiones. Sin escuchar, no hay posterior manifestación de nuestra alma.
Porque hay días en que suelo escuchar la radio analógica. Casi todos los días. Por eso, normalmente, suelo buscar la emisora, o también, dependiendo del día que sea, porque hay días que está casi imposible encontrar algo, yo qué sé: en días domingo, con el fútbol, por ejemplo, resulta bastante complicado. Pero hay programas bastante interesantes, inclusive a esa hora. Y esa hora, es la que me da la impresión de que me hallo en algo distinto, y poco habitado. Me cansan mucho, me sacan fuerzas, los espacios demasiado habitados, muy trillados.
Por eso, todo lo que tenga que ver con mis inquietudes, me viene bien. Inclusive, no necesito tampoco Internet: ahí está, de noche, sobre todo, la modulación amplificada, que desde este punto del Atlántico, me trae emisoras francesas, inglesas, euskeras, y también del Norte de África. Voilá..
Otra de las razones por las que me quiero jubilar de estos medios, es porque me interesará más transitar cuando ya nadie le haga caso. Siempre y cuando, imaginando, suponiendo que para entonces exista. Porque, como dijimos en algún número de Hablaralto, queridos y queridas hermanas y hermanos: si no hay electricidad, chau picho..
Si no, vean un poquito lo que pasa en Japón. A vela, la ciudad de Tokio. Y qué lindo. Igual que volver a lavar a mano. por ejemplo. También soy una especie de enemigo de la electricidad. Y sí, porque miren, si no, todo lo que acarrea con el tema de la nuclear, cuando se da una catástrofe, como la japonesa. Los inventos están muy bien, pero sin poner en peligro nuestra propia integridad, como especie. Y todas estas invenciones ponen en peligro nuestra continuidad como seres pensantes, como cantaran Los Estómagos.
Pero claro: yo les digo, vean un poquito..pero tampoco podrían mirar, si imaginamos el mundo que yo planteo. Está claro. Pero todo es con un cierto orden, y no como ahora, puro y franco negocio, y no importa nada, solamente que todas las casas tengan una computadora. Menos mal, que todo tiene su revés. Y verán muy pronto cuál es el de nuestra época. Lo sabrán muy pronto..

Hablaralgo

Mentira: no tengo espacio ninguno. Este espacio, evidentemente, no es mío. Ni siquiera quisiera, tampoco. Pero sí tengo la oficialidad, porque por ejemplo, pudiéramos tener igualdad de intervención, sin embargo no es así. Y en eso, no mando yo, manda el sistema. El sistema, entonces, siempre. Bueno, entonces, chau, qué hacía yo acá?
Pero desde los punks hasta  los cocainómanos, todos y todas buscan un sistema. Alimentarse. Pero no. No hay alimento que valga..
El viaje, desde luego, como dice Federico, no sería igual sin el sufrimiento. Entonces, por qué hay tanta gente hoy que quiere huir de eso? Huir, no más. Pues hay que buscar más.
En la radio dicen que es una petición de libertad, gente que tiene estudios..Por lo de Libia, me refiero. Como decía el protagonista de Sobre Héroes y Tumbas, cuántas maestras y maestritos, cuántos nazis no eran ilustrados e ilustradas..Qué tendrá que ver, lo que quiere alguien, con los estudios que tenga. Como si ir a la Universidad fuese seguro de algo. Al contrario, hermanos y hermanas de Hablaralto.
Volviendo a buscar mi primera entrada, retomando, digo que abandonaré este espacio, como abandonaré todo espacio, porque temo convertirme en un estúpido, que piense que sin esto no soy nadie. Como dicen las estúpidas y los estúpidos por la radio. Que ya no se es nada sin Internet, o sin tal o cual aplicación. Bueno, no está mal. Se puede escuchar la radio, de otros lugares. Eso es lo mejor. La televisión se ve como el culo, pero bueno, algo va. En fín. Lo que pasa es que hace unos días tuve que desenchufar, y menos mal, porque ahí me di cuenta de lo hermosa que es la vida, sin este aparatito. Y no porque sea un desagradecido, al contrario. Pasa que yo tengo una pantalla que es muy malévola. Tanto, que me recuerda que, en realidad, no ha sido adquisición mía, sino de mi madre. Cierto.
Tal vez temo convertirme en lo que ya soy: en un ser fantasmagórico, y este es un espacio ideal para estos caracteres. Entonces, me viene mucho mejor el mundo tocable, palpable, aunque sea para verlo también desde afuera, sin llegar a acariciar nada, en realidad. O sí: ahí están las caricias, queridas, necesitadas.

viernes, 4 de marzo de 2011

EL juego del diez

Aunque, evidentemente, amables lectores y lectoras, en este espacio, en mi espacio dentro de esta máquina, también me guío por patrones existentes.Y diría que existenciales.
Escucho. Leo. Examino. Y casi siempre entro.
Sí: pero antes tengo que imaginarme unas palabras.
¿ Ven, por qué cuando digo que hay que trabajar con las palabras tenía razón? Es que sin la letra, esto no anda.
Tienes que introducir algo. Bien se dice letra, o número. Pero ahí la cosa se complica. Mucho. Pero no deja de ser, por ello, mucho más interesante, incluso. También hay vida debajo de la red. Hay quien trabaja sin red. Como los mejores trapecistas. Pero por qué no incluir a la red como elemento de la prueba, del número. Del número circense. Quirquense.
Por qué pongo Quirquense..¿ Aparece, a lo mejor, en algún sitio, en algún sitio de la red, o fuera de ella, en el aire, en la vida vida..? No lo sé: sé que es el apellido de mi madre. Y que hay muchas cosas Quirque por ahí, por el mundo. Casi todas en un mismo espacio, Norte de Europa. Le estoy buscando la pista a Quirque. Soy el Buscador Quirque.
Es muy chivato, decían por ahí el otro día. No por aquí, por donde quiera que esto sea aquí. Sino por otro medio de comunicación, tal como la televisión, por ejemplo. Es muy chivato, decían, porque deja registros marcados para toda la eternidad. Nada es tan virtual Aquí.
Todo es permanente, y diría que hasta inmortal. Inmoral, también, sabiendo lo que moral signifique..
Yo, ya ven, voy escribiendo y sabiendo al mismo tiempo. Se dieron cuenta? o se dieron cuenta de que ni lo uno ni lo otro? Bueno, de todas maneras, hay que decir: es interesante, porque cualquier persona puede llegar a hacer lo que yo. Este mérito, por ejemplo, es incontestable. Más allá que después de un cierto tiempo, el juego puede llegar a no hacer gracia? Puede ser; pero mientras tanto, nos entretuvo. Acaso no es el entertainment el bastión de nuestro modelo de vida? El entertainment, querida gente..


Yo sé muy bien que lo que quiero para mí no es tan imposible. Fue lo que fui viendo antes. Lo que voy discurriendo. Con mis argumentos. Al mismo tiempo, lo quiero para quienes me conozcan. Yo quiero que hagan un ejercicio, si me permiten.
Tomen ustedes algo creado por su mente: no sé, lo que se les ocurra. Pueden pensar, antes..Pensar y saber lo que quisieran averiguar. Pero si no tienen ninguna idea, que quizá les llegue a pasar, precisamos que pueden, simplemente, marcar un número. El número diez, por ejemplo. A ver qué pasa..

Convenciones

Este es un medio que se modifica. Se modifica constantemente.
Queridos y queridas lectoras de Hablaralto: quizás a ustedes pueda parecerle empalagoso, estas presentaciones, estas salidas, convencionales, esquemáticas; me refiero al utilizar siempre o casi siempre algunas frases que se repiten, dentro de cada nueva entrada al blog. Porque yo manejo el blog, pero soy tan visitante como cualquier otro. Quiero decir: la única diferencia es que yo escribo la matriz del movimiento. A partir de ahí, se producirá más o menos movimiento. Habrá quien deje un comentario a alguna de las notas introducidas; quien, por el contrario, luego de leer, se ausente por donde ha venido. Ese soy yo. No suelo dejar comentarios de ningún tipo, en casi ningún lado. Creo que ya lo he mencionado alguna vez. Lo que sí hago, si me interesa, es intentar ponerme en contacto con la persona u organismo circunstancial.

Yo estaba hablando con una sobrina, y le decía que tenía que poner palabras. Palabras, y alguna gráfica, alguna imagen. Pero iba a escribir directamente primero imagen; sin embargo, anticipé la gráfica. Porque, en realidad, a la imagen tratamos de evocar, cuando estamos escribiendo. Las letras forman, en su mescolanza, figuras que nos llaman de una o de otra manera. Si tratáramos de colocar este texto en posición vertical, tendríamos otro resultado. Distinto, no sé si mejor o peor. Distinto. Nuevo, tal vez.
Yo le hablaba de todo ello, porque al mismo tiempo, hacía un rato, durante el día de hoy, había recibido una carta comercial, a propósito de este espacio. No sé si voy a poder utilizar el nombre del famoso buscador, pero simple alusión bastará para que se den cuenta. No lo voy a escribir, porque puede tener connotaciones de tipo legal. Tampoco hay que sugestionarse demasiado, en lo que concierne a estos temas. Pero como todo está íntimamente relacionado, prefiero ir examinando poco a poco. Sobre todo, porque luego se puede estigmatizar el sitio, y ya hay que perder el tiempo en crear otro espacio aparte. Aunque creo que eso es lo que voy a terminar haciendo. Este, aunque con todo el cariño, y con toda la simpatía, ya se me queda un poco pequeño. Tengo que prepararlo de otra manera. Pero bueno, para mí ya fue un avance enorme, el poder hacer legible un espacio así, y  ponerle unas cabeceras y unos fondos, y andando. Incluso, he encontrado alguna buena y graciosa similitud; por ejemplo, con relación al fondo de las aves en vuelo, porque coincide con un sitio en donde se trata la poesía de Mario Benedetti, poeta uruguayo y paisano mío, justamente.
Por otra parte, mi intención también era, desde un principio, poder explotar comercialmente el espacio. De tal manera, que hay y existen una serie de mecanismos por medio de los cuales, cuando ustedes se introdujesen, y toda vez que accediesen a leer algún reclamo, ahí se estaría gestando una acción positiva, en cuanto lo que sería mi repercusión económica. Hay palabras clave dentro de este juego. También hay códigos, a través de los que intentamos entendernos, las empresas creadoras de estos lugares, y yo, en este caso.
Ahora, la carta llega con la intención de introducirme, verdaderamente, en el mercado. No sólo de modo testimonial, como ahora mismo. Testimonial, porque además, por malas artes mías, pude haber puesto en fuera de circulación todo el entramado necesario para ir generándome retribuciones. Pero, de momento, sé muy bien que no ha entrado casi nadie. Y quien ha entrado, no ha visitado ningún posible reclamo. Aunque sí, puede ser que sí. En ese caso, y como decía antes, yo no he percibido nada. Por lo que tengo que ir viendo. Pero, ciertamente, no me preocupa tanto el fín, en este caso, como el intermedio. Ese que me dice que, de todo esto, voy aprendiendo a manejarme. Se aprende a mejorar; a ampliar, aunque sólo sea, el término y el campo del aprendizaje. Eso ya es importante.
Ante todo, hay que tener tranquilidad. Confianza. Y como dije hace unos días, tengo más curiosidad en ver qué pasa cuando intento que alguien me reciba, llegar a alguien de manera parecida a como yo he llegado a encontrar, es decir: por medio de investigaciones previas, imaginaciones y propuestas previas. Premisas todas tomadas, indefectiblemente, de la realidad. Del pensamiento. De la imaginación. Igual que todo.
Saludos, queridos y queridas lectoras de Hablaralto.