miércoles, 28 de diciembre de 2011

Despedidas

Otia..! ¡Qué sorpresas, nos depara la vida, amigos y amigas de Hablaralto!
Sí, bueno: no era tanta sorpresa, si lo pensamos un poquito.
A veces, solamente es pensar un poquito, pararse a meditar lo que dice nuestra intuición, o no sé qué será.. Pero nos ha dicho la verdad. Mientras, nosotros vamos en busca del amor, de una estabilidad, que al final se transforma en un no sé qué, como decía la canción de Ruben Blades.
Lo dicho. Por cierto, quizás la otra parte de la historia, y en este caso las otras partes, puedan leer tranquilamente esta nota. Es un pedacito de mi historia. Así lo veo, también. De todas formas, sirvió. Ahora, indudablemente, soy otra persona. Sé un poquito más. Estoy mejor conmigo mismo, pues he hecho lo que he creído conveniente. Únicamente se sabe aquello por lo que se atraviesa, de eso no hay duda alguna.
Tampoco es que quiera convertir este espacio en un ajustador de cuentas. Al contrario: no hay cuentas que ajustar. Simplemente, las historias son así, no hay más vueltas que darle. Lo que tampoco voy a hacer es esconderme. Eso es algo que no suelo hacer. Por lo que, si me vienen las ganas, la necesidad, siempre voy a escribir sobre lo que tengo entre manos. En este caso, un adiós bastante estúpido, pero bueno, si no supimos hacerlo de otra manera, pues es lo que tenemos. Así que, queridos y queridas lectoras y lectores inexistentes, os he de decir que estoy bastante apenado, por este úlitmo término. No obstante, es otra parte del camino. El camino tiene muchas más paradas, y muchas más rutas, que espero poder descubrir. Un abrazo a todos y a todas, y que tengais feliz año dosmil doce. Diego.