lunes, 20 de febrero de 2012

Crónicas Ocultas

No es que me gustase, pero también es el  curso de la vida. Sin embargo,  me desperté de madrugada, escuchando en 'Hoy empieza todo' la noticia sobre Spinetta. Y me dió una sensación de tranquilidad, saber algo de un elefante del panorama latinoamericano musical . Ahora acabo de ver un cuidado reportaje, sobre él, en el Telediario. También escuché, a renglón seguido, que el fracaso escolar penaliza al futuro adulto: y una leche, como dijo el sindicalista. Que no nos apabullen, en estos tiempos. Hay que tener calma. Y lo que sí, hay que conservar la experiencia, la ilusión, la imaginación ¿Qué clase de término es ese 'penalización' ? Por favor..

Y Parece un buen imaginativo, Spinetta.
Lo conocí a través de La Tabaré, en una canción que dice: "[..] Nos amamos un tiempo lluvioso/ mientras escuchamos Pescados Rabiosos supimos [..]"
A Pescados Rabiosos no los escuché nunca, creo. Sí me regaló un cd deSpinetta, el Cabeza Caneiro, tiempos antes de abrir, junto con el Flaco Agorio, el Variarte: ese pozo de sabiduría y sensibilidad musical, en las noches de la Cruz do Pouso, allá en Neda.
Por cierto, que charlando con mi hermano, una vez, le refrescaba la memoria. Y no parecía tenerlo nada claro. Yo le contaba cómo, un día cualuquiera, aparecía un cassette grabado con 'Placeres del Sadomusiquismo' por una cara, y con 'Rocanrol del arrabal' de la otra. Siempre recordé, o imaginé, que esa cinta se la había dado Eduardo. Luego, cuando lo conocí personalmente, me di cuenta de que sí, de que tenía que haber sido él. Por mucho que Adrián no lo recordase. Porque el Flaco es un loquito de la música, igual que uno; como el Cabeza, y hasta mi propio hermano, a su modo.
Lo que nos sucede, a los loquitos-loquitas de la música, es que idealizamos toda la historia. Nuestra Historia Musical. Además, en nuestro caso, tiene que ver con lo desconocido. Con lo ignorado. Con lo que parece que no existe.
Esa es la mayor revelación del emigrante. Del transplantado. De ahí que, para contrarrestar, o gracias a ella, se convertirá en un especialista, culturalmente hablando.Ocultamente hablando. En un oficial. Porque es como que hay un mundo, hasta ayer, y que desaparece ante nuestros ojos, en el tiempo que tarda el avión en hacer la ruta Carrasco-Lavacolla. O, como entonces, mi familia: después de un mes navegando en la panza d'un buque.

Por eso, muchas veces, uno tiene que especializarse, primero, en fantasmas. En visión. Para luego, poder afrontar dosificadamente la externalización de tanto secreto guardado. De golpe y porrazo, sería una catástrofe.
Pero, a veces, no queda otra: la malaria viene sin avisar. Así, también, la dulce. No diré que la 'dulce venganza' a menos que quiera considerar como una especie de crimen, el que loquitos y loquitas de la música de acá no conozcan a un Pappo, a un Sui Generis; a un Totem, a un Psiglo; o a un Paralamas do Sucesso; aunque sea de nombre, de rebote. Y ya no digo tanto: un Sepultura -aunque aquí son 'muy conocidos' - o a un Todos Tus Muertos. Bueno, quizá ahora ya los empezaremos a conocer, debido a los transplantes que parece que hay que ir realizando.

Ya digo: es la efervescencia de hacerse uno visible, desnudo, de repente despojado de sus más ocultas estrategias, lo que me lleva a emitir estas sentencias. Así que, no me hagan mucho caso. Escuchen 'Cuando los elefantes sueñan con la música' o el 'Caleidoscopio' de Javier Malespina - si bien, este es otro loquito oculto. O un programa sobre música del Este de Europa, que está muy bueno, de una chica que es de..no me acuerdo, que se llama Maia.