lunes, 20 de febrero de 2012

Laponia

Esta vez, el político, como alguna otra vez, me inspiró. Pero, esta vez, me inspiró acerca de lo que tendré que hacer. Acerca de mis sueños. Mis sueños..Laponia, dijo. Oh, qué grande. Qué bueno, llegar a la Laponia. Sí, desde luego que sí. Dénme un trabajo en la Laponia, que me voy..Sí.
Por este motivo, también me iría a ver la realidad de la Tragedia Griega. También me iría a cubrir una guerra. Aunque había un blog por ahí, que decía que realmente era muy fácil, conseguir un trabajo de corresponsal de guerra. Pero a mí no me han llamado, todavía. Quizá, habría que esperar un poco más, tan sólo para presenciar la guerra por estas tierras. No quiero ser agorero, pero tiene toda la pinta, aquí, desde luego, se arma. Así ha pasado siempre. Hemos estado, y estamos, en manos de manos extranjeras. Entonces, siempre que pasa algo, hay que mirar para fuera. Es como si un padre se tuviese que preguntar qué le ha pasado a su familia, aun cuando ha estado a su lado todo el tiempo. Aquí pasa eso.